Lo opuesto a la simplicidad y a lo simple son la complicación y lo complicado.
La simplicidad y la sencillez son valores espirituales. La Etapa 1 es vivir una vida complicada, ajetreada. El ser enlightened, el MdV, buscar vivir una vida tan simple como sea posible, especialmente en lo que respecta a la acumulación de cosas materiales, de propiedades y posesiones. Una persona espiritual mantiene una vida sencilla, reteniendo sólo las cosas que realmente necesita y utiliza regularmente. Es posible que tenga una vida complicada sirviendo al Amor, en el trato con los seres, no con las cosas.
La simplicidad permite enfocarse en los asuntos más importantes e ignorar o evitar los no importantes. La simplicidad libera más TE y otorga libertad, una característica importante y fundamental en la espiritualidad.
Todo lo que se posee demanda TE y genera la responsabilidad de amarlo y de cuidarlo. Entre más TE se dedica a la materia, menos se dispone para la espiritualidad. Cuando se colecciona una gran cantidad de objetos materiales, uno se convierte en sirviente de la materia, teniendo que cuidar de ella. La materia es un pesado lastre que frena la libertad del espíritu. Cuanto más dinero se gasta, más complicada resulta la vida; entre más tiempo se requiere para ganarlo, menor es el tiempo disponible para pasar con los seres queridos, o para invertir en la espiritualidad.
Recuerda que siempre estás luchando contra la entropía. Entre menos cosas tengas, más fácil es ganar esa batalla. Una poderosa razón para buscar la simplicidad es el mantenimiento, orden y limpieza (la ectropía) de lo que se posee.
La regla general es:
un lugar para cada cosa, y cada cosa en su lugar.
Tener un mínimo de posesiones minimiza la entropía en la propia vida y permite ser más eficaz en la ectropía. Esto facilita enormemente la impecabilidad.
Un buscador de la verdad visitó en una ocasión a un maestro muy conocido, que vivía al otro lado del Atlántico. Siendo el autor de numerosos libros espirituales, esperaba que viviera en una mansión en un suburbio de Varsovia. Tras una ardua búsqueda, encontró que vivía en una humilde casita y que poseía sólo un camastro, una pequeña mesa, una silla y un librero con unos cuantos libros. Extrañado, preguntó: -Maestro, ¿dónde están sus demás cosas?
El maestro señaló la maleta del buscador que había dejado junto a la puerta, y le preguntó: -¿Dónde están las tuyas?; ¿por qué has traído tan pocas cosas?
El buscador respondió: - “Porque sólo estoy aquí de paso”.
-“Lo mismo que yo”, respondió el maestro.
El filósofo griego Epicuro observó que los problemas que ocasiona el mantenimiento de un estilo de vida extravagante, tienden a pesar más que el placer obtenido con ese estilo de vida. Henry David Thoreau, un naturalista y escritor estadounidense, abogó por una vida simple y sustentable en su libro Walden (1854). El libro se basa en un experimento realizado durante dos años, viviendo una vida simple y llana a orillas de la laguna Walden.
KISS es el acrónimo inglés de “Keep it simple, stupid!” (Mantenlo simple, ¡estúpido!), un principio de diseño de la ingeniería aeroespacial y del Ejército de los Estados Unidos. El principio KISS afirma que la mayoría de los sistemas funcionan mejor si se mantienen simples y no se complican. La simplicidad, por lo tanto, debe ser una meta clave en todo el diseño, y la complicación debe evitarse en la medida de lo posible. Una variante utilizada en la comercialización es “que sea sencillo y directo.
La navaja de Occam es un principio científico que afirma: si todo lo demás se mantiene estable, la teoría más simple es la que tiene más probabilidades de ser la correcta.