En gramática, una locución es una frase con un solo sentido inusual, o con un significado que está más allá de la suma normal de sus palabras. Es la unión de dos o más palabras que conforman una unidad léxica con su propio significado, más allá de las palabras individuales.
Existen varios tipos de locuciones; nos enfocaremos solamente en algunas de ellas, con el propósito de hacer distinciones.
Por ejemplo:
Las llamadas locuciones preposicionales son dos o más palabras que, juntas, equivalen a una sola preposición.
Ejemplos: acerca de, al lado de, alrededor de, antes de, a pesar de, cerca de, con arreglo a, con objeto de, con tal de que, con tal que, con vistas a, debajo de, delante de, dentro de, después de, detrás de, encima de, en cuanto a, enfrente de, en orden a, en pos de, en virtud de, frente a, fuera de, gracias a, a merced de, junto a, lejos de, por culpa de, respecto a, etc.
Existen otros tipos de locuciones, según su funcionamiento gramatical:
Adjetivas. Las que equivalen a un adjetivo y funcionan como tal: una mujer de bandera, una verdad como un templo.
Adverbiales. Las que equivalen a un adverbio y funcionan como tal: Todo salió a las mil maravillas; apareció de repente.
Conjuntivas. Las que funcionan como una conjunción: así que, por más que, a pesar de.
Determinativas. Las que funcionan como un adjetivo determinativo (→ adjetivo): alguno que otro cigarrillo.
Nominales. Las que equivalen a un sustantivo y funcionan como tal: brazo de gitano ('pastel de forma cilíndrica'), ojo de buey ('ventana circular').
Pronominales. Las que equivalen a un pronombre y funcionan como tal: alguno que otro, cada uno.
Verbales. Las que equivalen a un verbo y funcionan como tal: echar de menos, caer en la cuenta, hacer caso, llevar a cabo.
Interjectivas. Las que funcionan como una interjección o exclamación (indicando una impresión o reacción súbitas): ¡Dios mío!, ¡Santo cielo!, ¡Qué horror!, ¡Madre mía!, ¡Bendita sea!, ¡Ay de mí!