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Acuse de Recibo
PPEE: Cerrar ciclos con una comunicación de cumplido. Comunicación: Cerrar ciclos de comunicación con acuse de recibido y comprendido.
Definición de Acuse de Recibo
Una señal que da por terminado un ciclo de comunicación, haciendo saber al transmisor que su mensaje fue recibido y comprendido. Un ciclo de comunicación queda abierto en tanto el receptor no da acuse de recibo, debido a que emisor no sabe si su comunicación llegó o no.
Consiste en una comunicación de una o dos palabras por parte del Receptor, asegurando al Emisor que su comunicación fue recibida y entendida. Un acuse significa la recepción y la comprensión del mensaje, NO se trata de estar de acuerdo con el contenido del mensaje.
Como antes se ha dicho, la comunicación tiene su ciclo de acción. El ciclo de acción general es: Iniciar → Procesar → Terminar.
El ciclo de la comunicación es: Emisión → Recepción y Comprensión → Acuse.
Todos los ciclos necesitan un reconocimiento más o menos formal de su terminación. En la comunicación este “fin de ciclo”, el acuse, es clave.
Aquí se usa la palabra reconocimiento en el sentido de estar enterado o de ser consciente de la existencia de algo, sin juicio alguno de valor, sea positivo o negativo; no quiere decir “agradecer ni alabar”. En la comunicación, un acuse es un reconocimiento, más la indicación de que fue entendida la comunicación.
En este artículo sobre los acuses, la palabra reconocimiento quiere decir únicamente “comunico que tengo conciencia de la existencia de “x” cosa” (duplicar esto es importante). Un acuse no indica estar de acuerdo con la comunicación, de eso hablaremos más adelante.
Un acuse puede ser cualquier palabra o señal que deje saber a la otra persona (al Emisor) que una acción o energía suya está siendo percibida por el otro Ser (por el Receptor).
Un acuse tiene cuatro funciones muy importantes:
- Reconocer al Ser.
- Reconocer a su intención (deseo y esfuerzo) y a su resultado (su comunicación).
- Comunicar al Emisor que fue recibida y comprendida su comunicación.
- Dar un reconocimiento formal (tener conciencia) y cerrar un ciclo.
Siempre que un ciclo de cualquier tipo no se realice completamente, genera trastornos en los flujos de la energía, y la comunicación no es la excepción. Esto es fácil de observar: seguramente has tenido la experiencia de comunicar algo a alguien, y la otra persona no te dio una señal de que fuiste escuchado. Recuerda lo que pasó con tus energías; como mínimo, el ciclo quedó colgado, y te sentiste inseguro de si fue recibida tu comunicación, ¿o no? Tu atención se quedó discurriendo sobre lo que pudo haber pasado. O tal vez peor, sentiste enojo o tristeza. Otro ejemplo: tal vez has mandado un correo importante, que no fue contestado pronto. ¿Cómo te sentiste esperando saber si había llegado o no? ¿O quizás has dado un regalo por el que nunca recibiste las “gracias”?
Los niños a veces hacen un juego de lo anterior para molestar a sus padres. Pretenden no haber escuchado y sus padres tienen que poner más atención y energía tratando de hacerle llegar su comunicación al niño. Cabe mencionar que uno de los motivos por los cuales quieren molestar a sus padres, es porque ellos no los reconocen, no les dan acuses por lo que hacen o dicen. Los niños hacen cosas para llamar la atención, y quieren un acuse cuando están comunicando. Cuando no reciben acuse o reconocimiento por ser “buenos” (aceptados), lo intentarán de otra manera siendo “malos” (para llamar así la atención).
Se puede y se debe enseñar a los niños a dar acuses de recibo y siempre se debe dar acuse a sus comunicaciones. Si los padres tan solo cerrasen sus ciclos de comunicación con sus hijos, verían una mejoría sustancial en sus comportamientos. Los niños a quienes no se les dan acuses crecen tendiendo a ser habladores compulsivos: viven en la realidad de que para que sus comunicaciones sean recibidas tienen que repetirlas muchas veces.
Algunas gentes no dan acuse con tal de suprimir (invalidar, activar, manipular) a otros. Por ejemplo: no dan señales de haber oído una comunicación, y cuando la repites, gritan algo como: “¡Ya te oí la primera vez!”. Tratan de hacerte sentir culpable, tonto, de despistarte y activarte. Esto solamente funciona cuando la víctima no sabe las leyes de la comunicación, ni la naturaleza y responsabilidad de los acuses de recibo (y hemos reiterado que saber es poder). La responsabilidad de dar acuse de recibo es del Receptor.
Los acuses son el fin de un ciclo. Si acumulas muchos ciclos de comunicación no terminados, sin dar acuse, comenzarás a experimentar las reacciones de los Ciclos Abiertos: inseguridad, confusión, tu atención distraída y tu energía bajada. Los ciclos no terminados quedan colgados en el tiempo. Los ciclos terminados desaparecen.
Si quieres sentirte tenso, ten muchos mensajes pendientes sin entregar, o por los cuales no tienes acuses de recibido (que es no saber si fueron recibidos y comprendidos o no). Observa que un mensaje o carga no entregada es la definición de un ahogado.
Un acuse no es un acuerdo. Un acuse dice “Te escuché y te entiendo”; no quiere decir “Está bien”, “Tienes razón”, o “Sí”.
En la comunicación y en las relaciones humanas: NO es necesario estar de acuerdo con lo que dice la gente, solamente es necesario darles espacio por sus realidades; darles “Mu”, esto es, estar de acuerdo con la validez de sus realidades. No conviene invalidar el derecho de existir de una realidad, ni juzgarla bien o mal (ego).
Todas las realidades son creaciones o puntos de vista válidos: no necesariamente son útiles ni “la verdad”. La utilidad de una realidad se determina por tu evaluación de si te lleva a experimentar lo que tú quieres. La verdad de una realidad es enteramente otra cuestión. Generalmente decimos que una realidad es la verdad cuando es una representación o copia —una duplicación— de otra realidad, por ejemplo: si digo “El techo es azul” y tú miras el techo y ves que es azul, entonces dirás que es verdad.
Pero el problema aquí es que:
1) La gran mayoría de los seres humanos tienen muchísimas realidades que insisten ser la verdad y para las cuales no hay otra realidad sensible con la cual compararlas; ejemplos: religiones, filosofías políticas, prejuicios raciales.
2) El Ser puede hacer “real” —verdad para él/ella— cualquier realidad.
3) la verdad de una realidad a menudo no tiene relación con su validez ni con su utilidad; hay muchísimas realidades que no son verdad pero que son muy útiles, bonitas, motivantes, etc.: libros, películas, fantasías, historias, y más.
En nuestra observación, la mejor opción cuando tengas que decidir sobre una realidad, es considerar su utilidad. Pero eso es nada más nuestro. No tienes que estar de acuerdo, pero sí debes (te conviene) darnos Espacio por tenerla y darnos acuse (si eres sabio, la pondrás en Mu: todas las realidades te enriquecen).
Ya que la mayoría de la gente no sabe distinguir entre un acuse de recibo y un acuerdo, y ya que en el idioma mismo no está clara la diferencia, es aconsejable que un buen comunicador haga una distinción entre los acuses que puedan entenderse como acuerdo, y los que claramente son sólo un reconocimiento.
Ejemplos de acuses que pueden entenderse como acuerdo son: Bien, Está bien, De acuerdo, Sí, Ajá, OK, Seguro, Tienes razón.
Ejemplos de acuses más claros: Gracias, Entendido, Comprendo, Ya veo. Y en la comunicación escrita: Recibido.
También es común usar ademanes como: subir y bajar la cabeza, los hombros, o hacer muecas como acuses. Hay que cuidarse de esto ya que muchas veces comunican cosas adicionales como juicios o actitudes.
Muchos de los conflictos en las relaciones humanas que parecen desacuerdos en realidad solamente se deben a una falta de acuse de recibo. De hecho, es casi imposible tener una discusión con alguien que da acuses de recibo correctamente. Para que pruebes esto, hay un ejercicio en el módulo de Mecánica de la Comunicación.
Cuatro "tipos" de acuses
1. Acuse de recibo pleno: Es el tipo de acuse que hemos mencionado arriba. Es un reconocimiento de fin del ciclo.
2. Acuse de recibo parcial o medio: Es un acuse en la forma de una pregunta o de una frase que indica interés; indica que el Receptor está siguiendo y entendiendo la comunicación y que está interesado en oír más. Se usa para continuar el flujo de la comunicación en progreso. Ejemplos: “¿Sí?, ¿De veras?, No me digas … , ¿Cómo está eso?, ¿Qué más?, ¿Y luego?”. Los acuses de recibo parciales se usan para continuar la comunicación, para expresar interés, para obtener más información. Este acuse cumple las primeras tres funciones de un acuse, pero en vez de terminar el ciclo, indica que el Receptor espera o quiere más flujo de comunicación por parte del Emisor. Se usa en las dinámicas de psicánica para animar a la gente apartada, introvertida o tímida para afluir.
3. Acuse de recibo prematuro: Es un acuse pleno dado antes de que el Emisor haya terminado su ciclo. Corta su flujo y le indica que el Receptor quiere terminar el flujo; también puede indicar al Emisor que el Receptor no está escuchando o que no está interesado en oír más. Los acuses de recibo prematuro tienden a activar al Emisor, ya que cortan su ciclo de acción y su flujo de energía. Por eso, los acuses prematuros son una cosa que conviene evitar, excepto cuando hay que cortar una comunicación.
Algunos ejemplos de cuándo se puede necesitar un acuse de recibo prematuro son: para cortar un huachinango; para controlar a un caimán (supresor denso que acapara energía, sabotea, lleva la contraria, crea conflictos); un supresor; una persona de habla compulsivamente; o una persona muy activada. Se usa a veces en las dinámicas de psicánica para controlar y cortar a los Egos que quieren dominar la comunicación. En general, socialmente es más aceptado usar un buen y fuerte acuse prematuro como: “¡Gracias!” en vez de “¡Cállate!”.
4. El No-acuse: También se debe notar que un comentario acerca de la comunicación, o una pregunta no son acuses; aunque pueden servir en el sentido de que si contestas de esta manera es porque debes haber recibido la comunicación. Otro problema del que hay que cuidarse es el de la lingüística de la palabra “pero”. “Pero” cancela todo lo dicho antes. Es común encontrar el acuse “Sí, pero…” que en realidad está cancelando el reconocimiento y la validez de la comunicación previa. Se recomienda que no lo uses.
Fallas y errores en los acuses
El acuse tiene que cumplir las cuatro funciones definidas para ellos. Un acuse puede fallar (ser erróneo) de muchas formas. Por ejemplo:
- No tener el fíat ni la intención suficiente para llegar e impactar a la conciencia del Emisor (como cualquier otra comunicación).
- No tener una energía adecuada (activación, volumen, claridad, velocidad).
- Fallar al no dejar saber al Emisor que el mensaje está comprendido (ejemplo: ser robótico).
- Fallar al no terminar el ciclo (decir algo que parezca un acuse parcial, cuando en realidad se desea finalizar el ciclo de comunicación).
- Ser demasiado fuerte y de este modo, abrumar o intimidar al Emisor.
- Ser demasiado extenso o elaborado, por lo tanto, ya es otra comunicación.
- Puede implicar juicios, opiniones o actitudes, por la forma de expresión o tono que uses como Receptor (ejemplo: sarcasmo).
- Puede estar fuera de tiempo. El tiempo de un acuse es importante: (1) si un acuse es demasiado rápido, el Emisor sentirá presión, o que tú como Receptor no has dado tiempo, importancia ni consideración completa a lo que se te dijo. (2) Si el acuse tarda mucho, el Emisor sentirá que el Receptor no está realmente haciendo caso, que probablemente está pensando en otras cosas.
- Puede ser inapropiado para el tipo de comunicación: por ejemplo, si el Emisor dice tristemente: “Murió mi mamá”, un acuse de “¡Qué bien!” o “¡Maravilloso!” no es apropiado. Algo como “Lo siento” es más probable que funcione para conservar la amistad (y tus dientes).
No se pueden poner reglas fijas; la variedad de comunicaciones posibles es infinita, solamente es necesario que el acuse cumpla las cuatro funciones descritas y que sea apropiado de acuerdo a las circunstancias.
Tener el conocimiento de los ciclos de acción y ser un maestro en acuses de recibo para terminar ciclos, es una habilidad importante en la vida, en la comunicación, en las relaciones humanas, en la educación de los hijos, en el control, en el pilotaje y en el procesamiento. Algunas de las palabras más importantes en la vida son los acuses de recibo.