Integridad Contigo Mismo

Ya eres consciente de tu integridad con otros, de cumplir tu palabra, de estar a tiempo, etc. Ya sabes que la integridad es de muchísima importancia para tu autoestima y para lograr la estima y el respeto de otros. Ya comprendes que es una falla a tu propio amor y poder personal no cumplir tu palabra.

Igual de importante es la integridad contigo mismo.

Tu voluntad es tu fuerza creadora. Tu palabra es la expresión de tu voluntad. Tu palabra declara que algo va a ser. Pero sólo tiene el poder que tú le das. El universo obedece a tu palabra y voluntad, únicamente en la medida en que la respetes. Si declaras que vas a hacer algo y no lo cumples, estás demostrando al universo y a ti mismo que tu voluntad y palabra no importan, que no tienen poder, ni siquiera sobre ti mismo, siendo la cosa más fácil de controlar. Si tú no respetas tu voluntad, ¿cómo puedes esperar que el universo la respete cuando quieras manifestar algo?

Solamente hay dos caminos: cada vez que cumples tu palabra, te haces más fuerte y poderoso. Cada vez que no cumples tu palabra te debilitas, pierdes poder.

Un ejemplo de esto son tus disciplinas. Si declaras que vas a hacer tus disciplinas impecablemente y no las haces, te encuentras en el segundo camino.

Otro ejemplo son las Promesas de Tiempo para cerrar ciclos. De vez en cuando puede suceder que incumplas una promesa por causas de fuerza mayor, pero si tienes un patrón de incumplimiento, eso quebranta tu poder personal y te lanza a un tobogán descendente por el segundo camino.

ES MEJOR DECLARAR QUE NO VAS A HACER ALGO, QUE DECLARAR QUE LO VAS A HACER Y LUEGO NO LO HACES. El primer caso implica sólo una falla, el fracaso de no obtener un resultado. El segundo es algo mucho peor: no sólo no obtienes un resultado, sino que también quebrantas tu voluntad y te debilitas. Estás cayendo cuesta abajo por el segundo camino.