Profesional y Profesionalismo

Profesar

Profesar significa ingresar en una orden religiosa, militar o de caballería, haciendo votos de consagrar la vida al servicio de una causa elevada, la de Dios y la del cumplimiento de los fines de la orden. Por extensión, significa ser adepto a ciertas ideas (“profesión de fe”) y tener hondos sentimientos (“profesar un gran afecto”).

Profesional

Profesional es una persona que:

• busca ir siempre hacia adelante (Pro), manteniéndose a la vanguardia en el ejercicio de la actividad, oficio u ocupación que desempeña y que domina, actualizándose permanentemente tanto en conocimientos como en tecnologías y prácticas propias de su profesión.

• profesa, consiente, proclama, declara públicamente (Fáteor) dedicar su vida al servicio de una causa superior, seguir sus convicciones más profundas, y comprometerse con el cumplimiento de sus principios y valores. Tener una filosofía personal y un código ético de conducta y seguirlos fielmente.

• Profesar es prometer fidelidad (Fidélitas), comprometerse, ser fiel a sí mismo —al propio ser— no venderse por nada; y ser fiel a quienes han confiado en él como profesional, cumpliendo sus compromisos con impecabilidad y dando lo mejor de sí mismo. Todo esto supone el ejercicio de la libertad responsable.

Al: sufijo que significa pertenencia.

Profesionalismo

Profesionalismo es la práctica de una actividad como profesión o modo de ganarse la vida. Es la capacidad y compromiso de realizar una actividad o de prestar un servicio generalmente remunerado. Aunque en general se refiere a una actividad profesional (servicios prestados por médicos, arquitectos, psicólogos), el término también se usa para hacer alusión a la solvencia que muestran las personas involucradas en otros ámbitos, como la actuación, la música y los deportes.

El profesionalismo no solo incluye la realización de una actividad con niveles elevados de calidad y excelencia, sino también la sujeción a los estándares éticos que norman esa actividad en una profesión.

El profesionalismo se distingue del amateurismo en que:

1. Los amateurs quieren tan solo el éxito; los profesionales quieren volverse mejores. A un profesional no le interesa mucho ser reconocido por nuestro trabajo. Se consagran a su trabajo porque les interesa y les apasiona. Se plantean las siguientes preguntas: “¿Por qué funciona así? ¿qué puedo hacer para mejorarlo? ¿por qué no funciona mejor de esta manera? ¿qué pasaría si…?”

2. Los amateurs quieren fama; los profesionales prefieren contribuir, independientemente de si son o no recordados. La motivación del primero es el ego, la del otro es dejar un legado. Un profesional no quiere dar autógrafos, aparecer en la tele o dictar una conferencia, quiere que su trabajo beneficie a los demás, que los inspire, que sea un punto de referencia y que perdure. Uno quiere la ganancia inmediata, el otro está dispuesto a sacrificar esto por un éxito a largo plazo.

3. Los amateurs practican lo necesario; los profesionales nunca terminan de autoperfeccionarse. Si desean hacer las mejores presentaciones, practican mucho. Si quieren desarrollar las mejores ideas, elaboran borradores y los perfeccionan. Si buscan ser mejores programadores, toman cursos y practican por su cuenta. Un amateur sólo quiere saber lo necesario para deslumbrar y ganar un contrato. Un profesional sabe que no tiene la última palabra, que todo está cambiando, que lo que es vigente ahora, mañana será obsoleto. Un atleta sabe que no importa lo rápido que corra una distancia, siempre habrá alguien que correrá más rápido algún día. Por eso nunca deja de entrenar. Aprende a dosificar su trabajo y lo va mejorando constantemente.

4. Un amateur teme fallar; un profesional espera fallar y está preparado para aprovechar la falla como un trampolín que lo catapulte más alto. Los fallos son información valiosa que muestra los puntos que han de cambiarse. El éxito revela pocas cosas. Construye sobre los errores, va formando escalones que le van llevando cada vez más alto. “No fueron mil intentos fallidos, fue un invento de mil pasos”, fueron las palabras de Edison cuando dio a conocer el proceso que le permitió crear la bombilla incandescente de alta resistencia.

5. Un amateur salta al vacío; un profesional crea puentes. “Los hombres construimos demasiados muros y no suficientes puentes”, nos dice con razón Isaac Newton. Los puentes más largos y valiosos del mundo no se utilizan para cruzar ríos o mares, sino para unir a las personas. Y esto es lo que procura hacer un profesional comprometido con el MBMNLP. La educación crea puentes, la ignorancia levanta muros. Los puentes unen, comunican; los muros separan y aíslan. Esos puentes permiten colaborar, compartir, dialogar, cooperar…, es decir, establecer lazos de comprensión mutua. Posibilitan que nos conozcamos, que nos entendamos y que tengamos proyectos y objetivos comunes. Un amateur construye muros y se lanza al vacío del narcisismo y del ostracismo, no proponiendo soluciones a los problemas de su entorno, sino encerrándose en su concha o en su burbuja.

(Fuente: http://smartia.digital/nota.php?url=existen-5-diferencias-entre-ser-amateur-y-ser-profesional)

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